¿Cuando terminas una relación te sientes abandonado, o es muy difícil que termines una relación? Descubre por qué...

Existe lo que se llama la neurosis del abandono en donde predomina  la angustia del abandono y la necesidad de seguridad. Esta avidez afectiva genera una serie de síntomas que hacen que las personas se sientan inseguras lo que los puede llevar a la falta de compromiso, a la indiferencia o inclusive hasta la agresividad.

Esto deriva de que en lo más profundo de su ser una persona posee una necesidad  afectiva insaciable, normalmente deriva de una separación temprana de la madre(Movimiento interrumpido) y por lo tanto se hace la idea de que no merece amor o de que no recibe el soporte necesario ante la vida. Esto genera  angustia y reacciones agresivas que degeneran en desvalorización que lo lleva a percibir las cosas de manera pesimista y desconfiada.

Generalmente al ocurrir la separación de los padres cuando somos pequeños, inconscientemente nos sentimos culpables y no entendemos por qué uno de ellos se tuvo que ir del hogar, por esto experimentamos la sensación de "abandono"  es allí como la consciencia de niños busca la explicación de que no merecemos el amor de los demás o de que no valemos lo suficiente como para mantener al padre o madre que se fue a nuetro lado. A medida que vamos creciendo este trauma pareciera ser que se olvida pero no, simplemente fue reprimido para no causarnos el daño constantes de pensar que no fuimos lo suficiente importantes como para mantener a "alguien" a nuestro lado. Es así como muchas veces cuando crecemos no buscamos una pareja si no una persona que venga a suplir el sentimiento de abandono que dejó el padre que se fue. Todo podría andar bien si esa persona es capaz de llenarnos, sin embargo, a futuro cuando tengamos un quiebre con esa pareja la sensación de abandono, la angustia y todos los sentimientos que no sabremos reconocer por qué ni cómo controlar, pues retorna toda la sensación reprimida. 

Si bien resolver todo este conflicto requiere de un gran trabajo y muchas veces de ayuda profesional al menos para comenzar es preciso reconocer lo que nos pasa y que esta sensación tal vez venga desde ese hecho que vivenciamos cuando pequeños, una vez que nos hacemos conscientes de ello la angustia automáticamente disminuye y por lo menos ya sabemos por sonde empezar a trabajar para resolver nuestros conflictos pasados y así no cobrarle cosas a parejas que correspondieron alguna vez a los padres.

Los síntomas para saber que se padece de este síndrome suelen ser diversos entre ellos se encuentran los siguientes:

• Estar en varias relaciones al mismo tiempo, de esta manera no se establece un vínculo real con ninguna de las personas y además tiene un relevo para que en caso de que uno lo abandone está el otro para dar soporte emocional.
• Dependencia afectiva, estar en una relación de pareja en donde siento la necesidad de darlo todo con la finalidad de que me amen, aunque sea una relación tóxica. No me atrevo a dejar a la pareja o siento celos compulsivos por mis amistades en donde no quiero que nadie más sea amigo de mis amigos.
• Falta de confianza en sí mismo, desconfío de todos aquellos que se acercan a mí y me aprecian. Constantemente estoy dudando de sus intenciones y  tengo el pensamiento de que algún momento me engañará o me jugará sucio.
• Miedo y culpabilidad ante la separación, luego de finalizar una relación me culpo a mí mismo por no haber finalizado la relación antes de que me dejaran a mí. También se da el caso en donde por temor a que me dejen abandono la relación antes (él o ella es perfecto pero no sé qué me pasa que no puedo quedarme)
• Hacer todo lo posible por ser rechazado, descuidar el aseo, la delicadeza en las palabras, tener gestos exagerados, perseguir y obsesionarme con las personas con el deseo inconsciente que me desprecien.
• Búsqueda de perfección, procuro ser la persona perfecta con la finalidad de que me amen, sumiso, servicial, amoroso, etc. O también mantenerse en constante búsqueda del trabajo, la pareja, los amigos perfectos y la subsiguiente decepción al no conseguirlo.