Aveces somos tan cobardes y estupidos al dejarnos llevar por el orgullo, por peleas y resentimientos tontos, que tal vez nos hicieron daños pero que debemos soltar y perdonar para avanzar, pero claro, simplemente tomamos el camino más fácil, el camino del cobarde, de negar y evitar.
No suelo escribir en primera persona pero creo que esta ocasión lo amerita porque quiero pedir perdón y espero que a más de alguno le sirva para que no repita el error que cometí yo.
Papá: te debo mil perdones, nunca entendí y valoré que tu fuiste uno de los que me dio lo mas importante, la vida. Siempre viví recriminándote por tu forma de ser, porque no la compartía, ¿qué esperaba?, ¿que fueras como yo? ¿Que fueras el papá perfecto? O sólo demostraba mi rabia porque quería tu cariño o porque estaba dolida, dolida porque heriste a mi madre y yo sentí que la herías conmigo...lo encuentro absurdo de sólo pensarlo, pero así es la vida, aveces ingrata, te entrega la sabiduría para valorar lo que tienes cuando lo has perdido. Ahora entiendo a diferencia de lo que creí toda la vida que no era yo la que tenía que perdonarte sino la que tenía que pedir perdón. Perdóname por no haberte aceptado como eras; hiciste lo que pudiste con las herramientas que tenías, para ti tampoco fue facil, lo supe y lo quise ver por estar centrada en mi y mi dolor, fui una egoísta; Perdóname por haberte excluído y negado en mi vida, por no haberte dicho lo mucho que valoré todo el cariño y cuidado que tuviste con mi hijo y por no decirte que gracias a ti no estaría donde estoy, no sabes cómo extraño los abrazos de ti que siempre negué...Perdóname por favor papá porque nadie nos enseña a ser padres...pero tampoco hijos... Hoy espero que estés donde estés, estas palabras lleguen hacia ti y puedas saber lo mucho que te amo y amaré siempre, pues, aunque no estés físicamente conmigo te siento en alma y energía mas de lo que te sentí en vida nunca, un beso y un abrazo eterno al cielo papá. Perdóname, lo siento, gracias y TE AMO!
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